11.17.2010

Esta es la politica de "seguridad" de la administración Uribe Vélez

Masacre Mapiripan

LA VIOLENCIA EN COLOMBIA.

Cuando se habla de "la violencia en Colombia" se corre el riesgo de emplear una fórmula que muchas personas entienden de muy diferentes modos. Unos piensan en los horribles crímenes del narcotráfico, con sus asesinos a sueldo o "sicarios", sus bombas y sus implacables atentados contra jueces, periodistas y políticos honrados. Otros piensan en los grupos paramilitares con las espeluznantes masacres, mutilaciones y torturas de sus víctimas que son casi siempre gente humilde del pueblo, trabajadores, campesinos, estudiantes, sindicalistas. Otros evocan las emboscadas guerrilleras, los atentados contra oleoductos y empresas extranjeras, los ajusticiamientos de "sapos" presuntos o reales y, últimamente, las ejecuciones en masa de personas desarmadas de diversa edad y condición. Otros, en fin, traen a la mente los secuestros, los robos, la delincuencia brutal de las ciudades y los campos, en un país que ostenta las más altas cifras de muertos por causas de violencia en todo el continente americano, con 40.000 víctimas cada año.

Pero sea cual sea la imagen que uno tenga en la mente cuando pronuncia la expresión "violencia en Colombia", quedan siempre en pie estos hechos terribles: en las ciudades y regiones más densamente pobladas del país, la primera causa de muerte es el asesinato o el homicidio y la segunda, el infarto cardíaco. Colombia tiene el récord mundial de secuestros, con un índice de un secuestro cada seis horas. Tiene también el récord mundial, en cifras absolutas, de refugiados internos (desplazados): más que Ruanda o Zaire, Bosnia, Afganistán, Kurdistán y Chechenia. Más del diez por ciento del total de periodistas asesinados en el mundo entero en los últimos cinco años, son colombianos. Colombia tiene el récord continental de asesinatos de maestros y solamente es superada en este flagelo, a nivel mundial, por Argelia. Colombia es el único país en el mundo que ha sufrido en un solo año (1989-1990) el asesinato de tres candidatos a la Presidencia de la República (Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro). Por si esto fuera poco, todos los expertos coinciden en pronosticar que el período pre-electoral 1997-98 será el más violento en toda la historia de Colombia.

Estos datos son, por sí solos, terroríficos. Pero toda su horrenda significación se pone al descubierto cuando se establece que cerca del 70 por ciento de todas las violaciones de los Derechos Humanos que se cometen en el país, son de responsabilidad de agentes del Estado colombiano, militares, policiales y paramilitares.

    (Aquí debo, por fuerza, hacer una precisión. Los representantes de una guerrilla colombiana en Suecia han protestado por la publicación de estas cifras porque, según ellos, lo que estoy afirmando en realidad es que la guerrilla de ellos es responsable del 30 por ciento de las violaciones de Derechos Humanos en Colombia. Su razonamiento es éste: "Si se dice que el 70 por ciento de las violaciones de Derechos Humanos en Colombia son de responsabilidad del estado, el 30 por ciento restante deberá por lógica ser responsabilidad nuestra. Por lo tanto, se nos está calumniando y en consecuencia se le está haciendo el juego a los paramilitares". Así lo han expresado públicamente, por consejo y asesoría de un viejo provocador profesional cuya labor consiste en sembrar odios y recelos entre los colombianos residentes en Suecia, a cambio de un sueldo que le pagan los inversionistas suecos en Colombia.

    Pero la realidad es otra. Si se dice que el 70 por ciento de las violaciones de los Derechos Humanos en Colombia son de responsabilidad del estado colombiano, se dice eso y nada más que eso, repitiendo simplemente lo que dice Amnistía Internacional en su informe de 1996, lo que dicen los juristas colombianos y lo que dijo en su oportunidad el Defensor del Pueblo, doctor Jaime Córdova Triviño. Del 30 por ciento restante nada se ha dicho por ahora. Pero no tengo ningún inconveniente en decir lo que me parece sobre ese punto: el 30 por ciento restante deben repartírselo entre la mafia del narcotráfico, la delincuencia común, los agentes de alguna potencia extranjera y los diversos grupos guerrilleros que operan en el país. Queda claro, entonces, que una de las guerrillas no es responsable por el 30 por ciento sino por menos. Y como no dispongo de cifras confiables al respecto, prefiero no decir nada en ese particular.)

Paralelamente Colombia tiene, igualmente, el récord mundial en cantidad de organizaciones independientes ocupadas en la defensa de los Derechos Humanos. Hay comités regionales y locales, organizaciones de abogados y centros que se especializan en la defensa de determinados grupos de la población, por su identidad étnica o cultural, por su actividad profesional, etc. Se pensaría que todos esos esfuerzos están coordinados a través de una red de solidaridad nacional e internacional que garantiza la más amplia defensa de los Derechos Humanos en Colombia. Pero, por desgracia, éste no es siempre el caso. Con frecuencia se observa una celosa desconfianza mutua entre los distintos grupos de activistas por los Derechos Humanos. La gran diversidad de estos grupos no parece obedecer a la necesidad de extender la solidaridad a todos los sectores de la población civil afectados por la violencia, sino más bien a la urgencia que tiene cada grupo de asegurarse para sí y sus allegados una defensa que los otros grupos no les ofrecen, por exclusión sectaria o por otras razones ideológicas o políticas. En otras palabras, la enorme diversidad y dispersión, la falta de unidad y de coordinación en los trabajos por los Derechos Humanos, no son sino el reflejo de la trágica dispersión, división y fraccionamiento de las fuerzas y corrientes políticas del pueblo colombiano.

A esta dispersión, caracterizada por la desconfianza recíproca, el recelo y la endurecida negativa de unos y otros a asumir tareas conjuntas en bien del pueblo, contribuyen los agentes provocadores del estado, dentro del país y en el exilio. Estos agentes se infiltran en organizaciones de izquierda, siembran la división, la arrogancia sectaria, la política del aislamiento y del desprecio hacia los demás, exacerban la desconfianza mediante calumnias y rumores, manipulan los sentimientos de personas honradas que han sido perseguidas o torturadas y crean un clima de recelos y de odios personales que solamente conviene y trae beneficios a los enemigos del pueblo. Y una vez que han cumplido estos objetivos, salen frescamente de las organizaciones de izquierda donde han actuado, aduciendo "discrepancias ideológicas" y corren a recibir su salario de Judas, que en ocasiones se disfraza de "apoyo a la investigación" pagado por las empresas extranjeras que tienen inversiones en Colombia y que se lucran de la masacre diaria del pueblo colombiano.

Ahora bien, la violencia que se ejerce en Colombia es principalmente una violencia sistemática y generalizada contra la población civil. Se mata individualmente o en masa a estudiantes, trabajadores, campesinos, colonos, indígenas, amas de casa, ancianos y niños. Es una violencia que se aplica con sadismo y con rituales de bestialidad horripilantes. Los niños son degollados en presencia de sus padres. Se arrancan los ojos y los órganos internos a campesinos y obreros. Se despedaza a machete el feto en el vientre de su madre. Se hace todo esto para "castigar" los delitos reales o supuestos del marido, del hermano, del padre o del tío, o para "hacer justicia", porque a uno le han hecho lo mismo en su hermana, su hijo o su madre. Detrás de todos estos horrores no hay una guerra sino muchas guerras superpuestas, muchos odios transmitidos y ejercidos de generación en generación. Los individuos armados y organizados, sea en las fuerzas militares del estado, sea en las guerrillas, sea en los grupos paramilitares o en las organizaciones criminales, ciertamente combaten y tienen sus muertos y sus heridos. Pero esas bajas son una pequeña parte del total de muertos y heridos en el proceso de la violencia colombiana. Como en Ruanda, la enorme mayoría de las víctimas de la violencia en Colombia son gente desarmada y pacífica, son población civil.

(Aquí va otra aclaración. Se me ha dicho que "la población civil no existe". Según esta nueva teoría, todos los colombianos son combatientes en una guerra no declarada. Los defensores de esta posición, digna de Pol Pot, han confundido el concepto discutible de "sociedad civil" con el concepto universalmente reconocido de "población civil", es decir, la parte de la población que no lleva armas, que no participa en enfrentamientos armados, y que desde hace más de dos siglos tiene derechos reconocidos por las normas y códigos de guerra en Occidente. Negar la existencia -y por ende los derechos- de la población civil, significa automáticamente justificar, legalizar, aceptar los crímenes y las masacres cometidas por los paramilitares y por otros grupos armados en contra de campesinos pacíficos, mujeres, niños y ancianos. Significa justificar el genocidio, los crímenes contra la humanidad.)

Al mismo tiempo, al lado de la sociedad ensangrentada, funciona otra Colombia: en importantes regiones del país se trabaja y se vive en una relativa calma, las grandes empresas nacionales y extranjeras recogen enormes ganancias y el movimiento sindical, marcado por la división y por una cierta inercia, parece haberse conformado con los salarios mínimos, la extrema pobreza y la superexplotación de la fuerza de trabajo. La violencia desatada y la paz del conformismo coexisten en la misma nación de mil modos increíbles. Se convive con la muerte y con la fiesta, se trabaja con ahínco y se hace vida social intensa sin dejar de desconfiar de todo el mundo y sin hacerse muchas ilusiones. En cualquier momento puede pasar lo peor, pero se trata de vivir lo mejor posible.


IMPACTO DE LA GUERRA Y LA VIOLENCIA SOBRE LA VIDA, EN COLOMBIA

resulta evidente el impactonegativo que la situación esbozada tiene tanto sobre la vida como sobre el bienestar de la población y sobre el sector de la salud.

En primer lugar, el país está perdiendo una enorme cantidad de vidas humanas. Pero, además, son vidas de altísimo costo social pues dadas la juventud de la mayoría de las víctimas y el liderazgo de muchas de ellas en diferentes campos, resultan pérdidas afectivas, económicas y políticas muy grandes e imposibles de recuperar. El indicador del número de años de vida potencial perdidos es categórico: si la edad promedio de las víctimas es de 30 años, la esperanza de vida al nacer es aproximadamente de 70 años y se producen 25.000 homicidios al año, el país está perdiendo anualmente 1.000.000 de años de vida potencial. Y cómo medir el impacto de la orfandad, la viudez, la tristeza y la descomposición familiar producida por la violencia?



No cabe duda de que la calidad de vida de los colombianos y colombianas en lugar de mejorar se viene deteriorando en las últimas décadas. Y el principal factor de deterioro es la violencia. Tanto por sus consecuencias directas como por su capacidad para generar miedo, incertidumbre, inseguridad e impotencia, la guerra y las violencias destruyen el tejido social, desconfiguran los valores socialmente pautados, desestructuran psicológica y afectivamente a las personas y a los grupos y crean un clima de desesperanza y tristeza. A nivel individual son ya observables el incremento de problemas sicológicos como la depresión y el estrés postraumático ( 8) y los consiguientes trastornos de ansiedad, insomnio, depresión, alteraciones del apetito y de los ritmos vitales básicos y disminución de la alegría y de la sonrisa. La situación de violencia ha llevado, además, a modificaciones importantes en nuestros estilos de vida. Hemos modificado los horarios de ciertas actividades sociales, hemos reducido los espacios de movilización y recreación, y un número cada vez mayor de personas se ha visto forzada a recurrir a complejos mecanismos de seguridad, con la consiguiente pérdida de privacidad y el incremento de tensiones.

El desplazamiento forzoso se ha convertido en Colombia en una de las peores consecuencias de la violencia actual.(9) No se dispone de cifras exactas, pero hay estimaciones de que ya son cerca de dos millones las víctimas del desplazamiento interno por la violencia. Y es preciso señalar que aún la denominación de desplazado es inadecuada dado que no expresa la magnitud y complejidad de la tragedia que esconde. Más que desplazados son exiliados dentro de su propio país, son desarraigados por la fuerza del miedo y la intimidación de su entorno afectivo, geográfico, laboral y cultural y obligados a estar como nómadas y marginales en los cinturones de miseria de las ciudades y pueblos, carentes de casi todo y mirados con desconfianza e incomprensión.

Agrava la situación el hecho de que la mayor parte de la población desplazada son mujeres jefes de familia y niños y niñas desprotegidos, con serias limitaciones para enfrentar las nuevas condiciones y emprender una nueva vida.(10) Con argumentos más que suficientes, la comunidad internacional por intermedio de la delegación en el país del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados - ACNUR - está planteando que el problema actual del desplazamiento forzado por la violencia en Colombia debe considerarse como una tragedia humanitaria.

Infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) y a la Misión Sanitaria. Colombia es ya reconocida a nivel internacional como uno de los países que con mayor frecuencia, intensidad y variedad viola el DIH.(11-14) El deterioro de la imagen internacional del país por la gravedad de las violaciones se empeora aún más con la evidencia de la impunidad generalizada y la demostrada falta de decisión de las autoridades nacionales por investigar, sancionar y frenar el proceso.(15) A pesar de los esfuerzos para proyectar los logros positivos del país, va primando en el imaginario internacional la idea de un país violento, bárbaro, inseguro e impune.

Con frecuencia también creciente y con formas y modalidades cada vez más graves, el personal que trabaja en el sector salud, las instalaciones, equipos y medios de transporte, y las actividades médico-asistenciales son víctimas de los ataques y las acciones de las diferentes organizaciones armadas en conflicto.(16) Aún con grandes limitaciones en la información se pudo registrar que en los cuatro años comprendidos entre 1995 y 1998, 341 personas vinculadas al sector fueron víctimas directas del conflicto, 56 de ellas asesinadas.(15) Sólo en el departamento de Antioquia se registraron entre enero de 1995 y octubre de 1999 un total de 239 infracciones, atentados o violaciones contra la misión médica y sanitaria.(17) Y a nivel nacional, en 1998 se registraron 220 infracciones a la misión médica, con un promedio de una cada 1,6 días(18) y que incluyen desde asesinatos al personal en servicio hasta toma de instalaciones, ataques a la infraestructura, utilización indebida de ambulancias y otros vehículos de transporte de heridos y enfermos, atentados contra la práctica y el secreto profesionales y actos de perfidia.

Si bien el Consejo Internacional de Enfermería considera que de todo el personal de salud, el de enfermería es el más expuesto al riesgo de las distintas formas de violencia en el lugar de trabajo,(19) en el conflicto armado colombiano el personal auxiliar de enfermería ocupa el segundo lugar como víctima fatal dentro del personal del sector, precedido por los promotores y promotoras de salud. Ambos grupos de trabajadores del sector - promotores de salud y auxiliares de enfermería - son los que tienen mayor presencia en poblaciones pequeñas y en el sector rural. Según los datos del estudio del CICR ya citados, del total de 56 trabajadores del sector asesinados en el período estudiado, 17 (30%) eran promotores de salud y 14 (25%) auxiliares de enfermería.(16) Según el estudio de Antioquia, de los 22 funcionarios del sector asesinados entre 1995 y 1999, 7 (32%) eran promotores de salud y 4 (18%) auxiliares de enfermería.( 16) A pesar de los problemas de subregistro de esta problemática y del desinterés de las propias autoridades sanitarias por divulgarlo e intervenir, es preocupante el incremento de graves violaciones a la Misión Sanitaria en el primer semestre del presente año. Con mayor frecuencia cada vez, tales hechos incluyen el asesinato o la desaparición de los profesionales y trabajadores de la salud.

El conjunto, la frecuencia y la gravedad creciente de las infracciones a la Misión Sanitaria están produciendo consecuencias negativas tanto para el personal de salud, como para la población civil y para los propios actores del conflicto. La pérdida de la seguridad en las instituciones del sector hace que ni el personal sanitario esté en condiciones de prestar sus servicios ni la población sienta la confianza requerida para solicitar atención. Además, un número aún no cuantificado, pero cada vez mayor de médicos, enfermeras y personal técnico y administrativo del sector ha tenido que salir forzosamente de sus lugares de trabajo convirtiéndose en algunos casos en desplazados y desempleados.


ALGO SOBRE LA VIOLENCIA ACTUAL EN COLOMBIA

Conviene precisar previamente que Colombia, como muchos otros países, ha tenido diferentes ciclos de violencia en su historia. La más reciente tiene sus comienzos a mitad de la década de los setenta, alcanza su mayor incremento a partir de la mitad de los ochenta, y persiste en la actualidad con las complejidades e intensidades que se enunciarán más adelante. Pero no es una violencia nueva u original. Hunde sus raíces en otros momentos y acontecimientos de la historia del país, tanto en el campo económico y político, como en la conformación cultural y en la conflictividad social.

Posiblemente el mejor y más preocupante indicador actual de la magnitud de la violencia que vivimos sea el de los homicidios. En los últimos veinticinco años del siglo pasado el país casi llegó a un total de medio millón de homicidios. En la última década se registró un promedio anual de 25.000 homicidios. En el año 2000 el país superó dicho promedio y alcanzó un total de 25.655 homicidios, para una tasa de 61 homicidios por cien mil habitantes, según los datos del Centro Nacional de Referencia sobre Violencia del Instituto de Medicina Legal. Como la tasa media mundial es de 5 por cien mil, puede apreciarse la magnitud de la tragedia: Colombia tiene en la actualidad una tasa de homicidios doce veces superior a la mundial. (5)

Pero si las cifras totales causan alarma, su desagregación por edades, sexos, regiones y sectores sociales y la mirada detallada de algunos de los hechos deberían producir una inmediata respuesta nacional e internacional. Sólo tres ejemplos. Primero: en el departamento de Antioquia, en 1994, 88% del total de las defunciones de los hombres adolescentes entre 15 y 19 años se debió a una sola causa: los homicidios.(6) En las mujeres de la misma región y del mismo grupo de edad el porcentaje alcanzó 46%. La mitad de los niños de 10-14 años del mismo departamento que murieron en ese año, murieron también de homicidio. Segundo: en el año 2000, según el Centro de Investigaciones Criminológicas de la Policía Nacional, hubo en el país un total de 236 masacres, con un total de 1403 víctimas fatales. El 45% de ellas fueron cometidas por las denominadas “autodefensas”- organizaciones paramilitares- y tuvieron sus principales escenarios en los departamentos de Antioquia y Cesar. Y tercero: durante la semana santa de 2001, los paramilitares incursionaron en la región del Naya, al sur del país. El balance incompleto incluye más de 40 personas asesinadas entre campesinos e indígenas. Y no ahorraron crueldad los autores de la masacre: recurrieron a las sierras eléctricas y al descuartizamiento de sus víctimas. Todo ello en “semana santa”.

No sólo los homicidios denuncian los niveles de barbarie. El secuestro se ha convertido en una amenaza permanente y casi indiscriminada para toda la población. El promedio diario actual es de aproximadamente cinco, incluyendo las diferentes modalidades: individual, colectivo, extorsivo, político, delincuencial. Sin alcanzar las magnitudes del homicidio y el secuestro, el país padece muchas otras formas de violencia. El maltrato infantil en los distintos escenarios de la vida social, el maltrato contra las mujeres y contra los ancianos en la familia y en otras instituciones, los asaltos en las calles e inclusive el suicidio constituyen otras formas de violencia registradas en el país,(7) pero con frecuencia e intensidad comparables e inclusive inferiores a las de otros países.

Debate sobre paramilitarismo en Colombia

El Salado: Rostro de una masacre - Parte 1

LOS COSTOS DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA.


RUBIO, Mauricio. Programa de Estudios sobre Seguridad, Justicia y Violencia


MAURICIO RUBIO escritor y economista colombiano, egresado de la universidad de los andes, realizo sus postgrados en la universidad externado de Colombia y en La Universidad de Harvard, (considerada la mejor universidad del mundo) es muy reconocido a nivel nacional, Ha publicado varios libros y artículos que son apoyados por muchos profesionales en el tema, donde se debaten y critican la estructura conflictiva del país. La época en la que el autor desarrolla su tesis, data del año 1997, mismo en el que podemos encontrar sucesos como: La Masacre de El Aro, Masacre de Mapiripán, masacre en la vereda La Esperanza del municipio de El Carmen de Viboral, el Escándalo del miti-miti, la toma de patascoy, El proceso 8.000 que fue el proceso judicial que se emprendió contra el Presidente de la República de Colombia quien en su momento era, Ernesto Samper, bajo la acusación de recibir financiación de parte del narcotráfico, para su campaña presidencial. En el mismo se dio también los Diálogos de paz entre el gobierno Samper y el ELN. Se inicio también la Creación de Las Convivir. Otro importante acontecimiento fue que El Parlamento Europeo pidió la destitución del embajador de Colombia ante la Unión Europea, Carlos Arturo Marulanda. Todos estos sucesos nos dejan muy en claro el ambiente que el autor tiene como referencia para crear su tesis, se puede observar como durante este tiempo, las oleadas de violencia, y crisis tanto políticas como económicas que se abrazaron al país eran muy grandes, además la gran incidencia y poder que desempeño el narcotráfico y los nexos existentes entre este y la clase política del país.

Además el país aun no superaba las devastadoras ruinas que dejo el reinado de pablo escobar, quien marco de una forma muy notoria la estructura de Colombia y tal vez dejo huellas imborrables en el mundo. El contexto se influencia por el narcotráfico, la guerra interior, la corrupción, muertes, asesinatos, secuestros, que reflejan porque el autor construye y argumenta su tesis, en la violencia.
Esta se presenta en forma argumentativa y expositiva pues el autor desea mostrar y demostrar una realidad que el vive, Para ello facilita Datos y cifras objetivos, ejemplos concretos, Fáciles de entender, claros. Su estilo es sencillo, es preciso No hay interrogaciones. La Introducción y el Planteamiento es claro en cuanto al tema, la Explicación de la postura que tiene el autor se estructura en: Argumentos Razones para defender la tesis, Conclusión Resumen breve de las ideas expuestas.




El objeto de este artículo es la violencia en Colombia, los argumentos que usa para sustentar su tesis, se fundamentan en explicar los elementos fundamentales que producen la violencia, en este caso los paraestados, delincuencia común y la corrupción en el gobierno, de estos elementos se desprenden las consecuencias que se nombran mas adelante, las cuales sin duda alguna han marcado la historia de nuestro país y que hoy en dia son de gran importancia.
Con relación a la tesis maría mercedes Cuellar piensa que esa desconfianza que siente la mayoría de personas a las instituciones del estado, es tan elevada que solo se equipara con la que manifiestan tener con la guerrilla y paramilitares, pero por otra parte y como gran sorpresa existen personas que siente una mucha seguridad por parte del ejercito y la policía, contrario a lo dicho por Mauricio rubio, además mercedes, cree que por todas estas conclusiones que presenta la tesis no podemos decir que Colombia es un país ilegitimo, sino que hay algunas instituciones que lo son, pero no por esto podemos generalizar, pues si bien hay un porcentaje considerable de colombianos que se sienten inconformes con la seguridad del país, existe otra gran mayoría que se siente satisfecha con lo que tienen, además dice que los colombianos son mas obedientes que independientes y por tanto siempre necesitaran que se les dicten reglas y mandatos que les dibujen el camino que deben tomar. Y en cuanto al narcotráfico, terrorismo, actos violentos en todos sus sentidos dice, no son exclusivos en Colombia, por el contrario este es un fenómeno que azota a muchos otros países y tal vez en de manera mas drástica en muchos de estos. Concluye entonces como ultimo punto de crítica que Colombia es un proyecto inconcluso, que poco a poco debemos desarrollar.

Mi posición esta a favor de la tesis del autor, pues tiene como su objeto de estudio la violencia en Colombia, para argumentar y mostrar el panorama de violencia que se vivió y se vive aun en el país, éste muestra varios elementos que podemos tomar como respuesta a tanta violencia, como lo son el narcotráfico, secuestro, toma de poderes, venganzas, amenazas, corrupciones, entre tantas, las cuales tienen mucha influencia en el país y como se sabe son llevadas a cabo por actores con mucho poder, que se encargan de mantener su status y poderío utilizando el terrorismo como su herramienta principal, todo esto nos permite comprender los aspectos que se desprenden, el porque de tanta violencia, que muchas veces vivimos, pero nunca entendemos, el daño que genera desde el aspecto individual, hasta el colectivo, y que se viene desenvolviendo desde tiempos atrás hasta nuestros días. Todos estos fenómenos han fragmentado el país, han hecho que este no pueda tener un nivel de desarrollo adecuado, pues el margen en que se encuentran las personas es tan limitado, este temor es tan grande que impide tomar decisiones sin intervenciones de terceros, que intentan gobernar la vida de los demás.

El problema que plantea la tesis es la violencia en Colombia, la causa es la concentración de recursos y poder de unos pocos, esa centralización y acumulación, pretende opacar y ocultar la mayor parte de la información para manejar que el país se maneje a su modo, y asegurar así sus intereses individuales, Como consecuencia de esto, se desprenden fenómenos como lo son: los paraestados, el terrorismo, el narcotráfico, las amenazas, la falta de credibilidad hacia la seguridad del país, la toma de justicia individual, el temor, la corrupción , la falta de oportunidades, la concepción de los jóvenes acerca de su futuro, la inseguridad en las calles, los robos, secuestros,

11.15.2010



Una familia indígena visita el lugar donde quedaba su hogar, ahora destruido

Los intensos combates que, desde el 14 de abril, se han registrado entre la guerrilla de las FARC y el Ejército de Colombia en la región del Cauca, han producido el desplazamiento de más de 6.000 personas, entre ellas más de 3.000 niños y niñas.

La mayoría de las personas afectadas son indígenas Nasa (también conocidos como Paeces), merecedores de premios internacionales por su resistencia pacífica frente al conflicto armado de la región. Los Paeces son el segundo grupo étnico más grande de Colombia.

Decididos a no soportar más acciones violentas, los Nasa están huyendo de sus hogares. Sin embargo, muchos siguen confinados en zonas rodeadas por la guerrilla, o se niegan a abandonar sus hogares por respeto a sus tradiciones ancestrales.

Ante esta crisis humanitaria, una coalición de organizaciones encabezadas por las Naciones Unidas, entre las cuales se encuentra el UNICEF, está coordinando la evaluación de los daños y la asistencia humanitaria para las familias desplazadas y, en particular, para la infancia.



El país de Colombia tiene mucho conflicto y más de 3 millones de personas desplazaron a causa de violencia y el comercio del narcótico. Hay lugares donde el ejército, grupos parlamentos, y guerrillas armadas se pelean para el control en el país. A causo de esta pelea, muchos habitantes no tienen suficiente asistencia médica y hay demasiado peligro a fuera de los pueblos. Muchas personas han tratado de encontrar la seguridad cerca de las ciudades grandes en Colombia. Allí, hay pobreza, condiciones malas de vida, enfermedades, y pocos servicios de asistencia médica. El grupo de los médicos sin fronteras ayuda a las personas con la asistencia médica. Como la cabeza de la misión de Colombia con los médicos sin fronteras, Tony Tomasouw dio alguna información sobre las actividades allí para ayudar a los habitantes. Él dijo que hay tres proyectos en Colombia, todos se ocupan de la asistencia médica y la seguridad. Los médicos sin fronteras abrieron las clínicas de la salud mental, sexual, y reproductiva. También, él dice que algunas regiones tienen mucha violencia. Las personas a veces tratan de huir las regiones rurales para los barrios de las ciudades superpobladas, pero también hay conflictos allí. Los habitantes a menudo tienen problemas con su salud mental, y Tony piensa que la inestabilidad es la causa de estos problemas. Los médicos sin fronteras han advocado para el gobierno y la provisión de la atención sanitaria libre para todas las personas. Tony dice que “el crimen organizado, el limpiador social, los asesinatos selectivos, y el reclutamiento forzado son temas que las personas desplazadas deben ocuparse y estas a menudo son los mismos temas que les demandan huir de sus casas en primer lugar.”

Pienso que violencia es demasiada común en todos los países del mundo. Espero que haya algo que hacemos para mejorar las vidas de los habitantes en Colombia y otros países. Pero, parece que, aunque grupos como los médicos sin fronteras tratan de ayudar a los habitantes, nada cambia…el conflicto nunca termina y las personas vivan en las calles. Ojalá que un día, algo cambia y Colombia se pone un país estable donde puedo visitar sin miedo de violencia y el comercio del narcótico.

11.01.2010

El Bogotazo

NUEVE DE ABRIL DE 1948: UNA FECHA MEMORABLE PARA TODOS LOS COLOMBIANOS

Para hablar acerca del Bogotazo es necesario referirnos a Jorge Eliécer Gaitán como un líder político liberal de la década de los 40. El Bogotazo se refiere específicamente a las manifestaciones de violencia del pueblo como reacción al asesinato de este caudillo.



ANTECEDENTES DEL BOGOTAZO

¨ Yo no soy un hombre, soy un pueblo, y el pueblo es superior a sus dirigentes ¨

Jorge Eliécer Gaitán era un líder populista que estaba al lado de todo el pueblo, de toda la clase obrera. Lamentablemente, la década de los años 40 empezó con un alto índice de violencia, una lucha de clases sociales y partidos políticos que determinaban una guerra civil no declarada.

La década de los 40 era una época adecuada para el surgimiento de líderes políticos con ideas socialistas, lideres que apoyaran al pueblo y que estuvieran dispuestos a dar el poder político de la nación al pueblo; esos lideres recibirían todo el apoyo de quien estuviera dispuesto a seguir las ideas de Marx, en cambio no recibirán nada de personas que no aceran el socialismo como una clase de gobierno (en este punto es necesario resaltar que entre la U.R.S.S y Estados Unidos se estaba viviendo la llamada guerra fría, así que no era conveniente que los países suramericanos adoptaran una clase de gobierno socialista).

Jorge Eliécer Gaitán era ese líder que el pueblo colombiano pedía a gritos, y en el año 1948 se había convertido en el líder del partido Liberal, pero es necesario analizar su verdadera ideología liberal.

En nuestra opinión Gaitán ingreso al partido con el fin de cumplir su propia estrategia. Entró a ese partido aprovechándose del amor y del cariño de la tradición. Poco a poco los demás adeptos a este partido fueron cayendo en cuenta de sus verdaderas intenciones, así que podemos decir que ya no era una lucha entre los dos partidos colombianos sino una lucha de Conservadores y Liberales contra el pueblo Gaitanista.

El movimiento político de Gaitán patrocinaba e incitaba la revolución del pueblo contra sus gobernantes. Este líder liberal lo demostraba cada vez que hablaba en público, con sus discursos, y sus planes de gobierno. También organizo varias marchas (entre ellas la marcha de las antorchas) que le demostraba a los seguidores del gobierno de Mariano Ospina Pérez que el pueblo era superior a é.; Para Ospina Pérez, presidente de Colombia en esa época, Gaitán era una piedra en el zapato.

Colombia hoy en día es el país menos estudiado de toda América Latina y a su vez el país menos comprendido, por esta razón son muy pocas las fuentes de información que se tienen cuando es necesario recordar a fondo un hecho histórico. Colombia merece algo mucho mejor ; Si algo positivo viene a la mente de cualquier ¨ extranjero ¨ y de muchos colombianos en general son los famosos libros escritos por Gabriel García Márquez (cabe resaltar que varios de estos libros fueron escritos contando la historia del siglo XX) o también el familiar Juan Valdez de la campaña publicitaria de la federación de cafeteros, punto que no nos sirve de mucho cuando necesitamos ver un problema histórico que podría decirse que dividió la historia del país en dos partes. Y si nosotros los colombianos tenemos ese problema para recurrir a NUESTRA historia lo más probable que casi ningún extranjero la conozca y se apasione por escribirla.

¨ Quien no conoce su historia esta condenado a repetirla ¨

¿Será que por esta misma razón hemos estado repitiendo nuestra historia día tras día?

Lo que está sucediendo en Colombia tiene una historia una historia que necesita ser contada tal y como fue en realidad.

¨ La historia la escribe el que la gana ¨ y no necesariamente es la verdad

Colombia en realidad nunca a tenido una guerra de verdad por eso nadie valora ni puede explicar la situación de conflicto que se vive actualmente, por eso no se puede valorar las riquezas naturales que se tienen y por eso hemos llegado a un punto donde el recurso humano también esta siendo desaprovechado.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El objetivo de este proyecto es analizar un evento histórico nacional (El Bogotazo) a partir de los distintos criterios e ideologías de los personajes que conformaron este hecho. Para analizar las distintas versiones los relatos y comprender que la información que se da en la historia muchas veces juega el papel de un teléfono roto.

Nos proponemos comprender, analizar, comparar e investigar las distintas fuentes históricas, para que cuando nos encontremos realizando este proyecto nos podamos sentir y comportar como auténticas historiadoras manejando la información que estamos recibiendo de las diferentes fuentes según nuestros criterios y nuestros valores para que podamos sacar conclusiones útiles que nos ayuden en nuestro crecimiento personal y profesional.

JUSTIFICACIÓN

Escogimos este hecho histórico porque marcó completamente la historia de nuestro país y que a pesar de ya han pasado más de 55 años todavía esta en la memoria de muchos colombianos, porque demuestra lo importante que son nuestras ideas y nuestra identidad y porque además de todo esto es que de este hecho existen varias hipótesis, varias teorías y nosotras queremos sacar nuestras propias conclusiones nuestros propios pensamientos y formas de ver este ataque al gobierno colombiano, nosotras estamos a tiempo de aprender de los errores que lideres de toda una nación cometieron por que nosotras somos las futuras lideres políticas las futuras empresarias las futuras medicas las futuras amas de casa nosotras somos el futuro de nuestra querida nación así que mientras vivimos en el presente tenemos que recordar el pasado, es este el momento para reflexionar y analizar hasta que punto vamos a seguir escribiendo las mismas líneas de historia con los mismo errores y a veces *

EL NUEVE DE ABRIL DE 1948

*

1:00 AM

Gaitán se encontraba en un juicio en donde defendía a Jesús Cortés Póveda por el asesinato del publicista Eduardo Galarza Ossa, al entregar el veredicto en donde absuelven al Teniente Cortés Porveda de su condena

*

9:00 AM

Un joven aparentemente esquizofrénico llega a la oficina del candidato liberal solicitando una entrevista inmediata con Gaitán. Desafortunadamente, su petición no fue atendida y tuvo que retirarse. A su salida, el joven Juan Roa Sierra muestra una actitud altanera y de desagrado.

*

1:00 PM

Jorge Eliécer Gaitán sale de su oficina situada en el edificio Agustín Nieto y se dirige a un restaurante.

*

1:05

Roa Sierra apunta con su arma (un revolver No. 19.461) hacia el líder político Jorge Eliécer Gaitán, en ese instante el homicida dispara 3 veces dejándolo herido de muerte.

*

Siguientes horas

'El Bogotazo'

Minutos más tarde se desencadena una oleada de violencia por todo Bogotá. La noticia del asesinato del líder político Jorge Eliécer Gaitán se difunde rápidamente en todo el país.

Los medios de comunicación no paran de dar confusas y abusadoras noticias acerca del asesinato de Gaitán.

¨ “Últimas noticias con ustedes. Los conservadores y el gobierno de Ospina Pérez acaban de asesinar a Gaitán quien cayó frente a la puerta de su oficina abaleado por un policía chulavita ¡Pueblo, a las armas! ¡ a la carga! A la calle, con palos, piedras, escopetas, cuanto haya en la mano. Asaltar las ferreterías y tomaos la dinamita, la pólvora, las herramientas, los machetes…. ¨”.

“Aquí la radio Nacional tomado por el comando revolucionario de la universidad. En este momento Bogotá es un mar de llamas como la Roma de Nerón pero no ha sido incendiada por el emperador sino por el pueblo en legítima venganza por el asesinato de su jefe.”

Las personas más cercanas del sector donde fue asesinado Gaitán salieron tras el asesino. Entre esas ellas se encontraba un cabo de la policía que después de proporcionarle una paliza lo llevó a la Droguería Granada para ser protegido de la multitud. Los que se encontraban dentro de esta droguería preguntaban a Roa el porque de su asesinato pero este se negaba a responder prefería morir antes de declarar algo acerca del asesinato.

La multitud no tardó mucho en romper las rejas de la droguería, lo golpearon hasta dejarlo sin vida y después lo arrastraron por toda la carrera séptima hasta el Palacio Presidencial donde dejaron su cuerpo destrozado totalmente, sin vida y desnudo.

Todos los seguidores de Gaitán ardían en odio. Se provocaron disturbios en todo el país. Sin embargo el mayor desastre ocurrió en Bogotá, donde buena parte del centro quedo destruido. Comenzaron varios incendios: primero ardió la nunciatura apostólica, después los conventos de las dominicas, la Procuraduría General de la Nación, el instituto La Salle, el Ministerio de Educación, la gobernación de Cundinamarca , el Palacio de Justicia y los tranvías. A la par con los incendios se inician los saqueos en el centro de Bogotá y a lo largo de la carrera séptima aunque luego se fueron esparciendo por toda la ciudad, almacenes, joyerías, platerías y bancos entre otros fueron desocupados.

En un principio la policía trató de tomar el control de la situación pero luego algunos de ellos se unieron a la revuelta propiciando varias armas para abrir fuego sobre todos los manifestantes.

A las 3 de la tarde salieron de la Escuela de Motorización (hoy Grupo de Caballería Mecanizado Rincón Quiñones), tres tanques de guerra y seis carros blindados al mando del capitán Mario Serpa rumbo a la Plaza de Bolívar. El capitán Serpa, para evitar el uso de las ametralladoras con que estaban provistas sus unidades blindadas, abrió la escotilla y trató de persuadir a los manifestantes para que se retiraran. En ese instante tres tiros hirieron mortalmente al capitán. De inmediato los tanques dispararon sobre la multitud.

Al final, los disturbios ocasionaron el caos en toda la ciudad, dejando a su paso cientos de muertos y pérdidas materiales incalculables.

Este incidente fue especialmente embarazoso para los líderes políticos, pues durante esta fecha transcurría entonces la IX Conferencia Panamericana. En las conferencias panamericanas (ver conceptos básicos) se cuenta con la presencia de altos jefes políticos extranjeros incluido el secretario de estado norteamericano George Marshall. Además se encontraba un abogado cubano que representaba a los estudiantes de derecho de su país quién más tarde se convertiría en un personaje mundial en la historia, Fidel Castro.

Por esta razón los voceros oficiales colombianos intentaron guardar las apariencias sobre los hechos (aunque resultaba imposible ocultar una verdad sumamente obvia). Debido a la presencia de tantos dignatarios extranjeros la noticia del Bogotazo se difundió rápidamente por todo el mundo y empezaron algunas investigaciones provenientes del exterior.

Aparecen muchas suposiciones sobre quién había sido el asesino intelectual de Gaitán, como por ejemplo:
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LOS CONSERVADORES: Como clase pudiente, en un momento histórico se sintieron atacados por las ideas de Gaitán que criticaban fuertemente la oligarquía colombiana a la cual ellos pertenecían.
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LA CIA: En plena guerra fría los Estados Unidos no están interesados en que las ideas socialistas penetren en el bloque capitalista y ven en Gaitán una amenaza para sus intereses con el continente. Lo cierto es que todos los documentos sobre el 9 de abril que cayeron en manos de la CIA se archivaron como clasificados, por esta agencia y por el FBI. Clasificados quiere decir inaccesibles al público y nunca revelaron algunos resultados.